QUETTA. Un atentado suicida en un mitin electoral en Mastung, suroeste de Pakistán, y reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico dejó el viernes al menos 128 muertos, anunciaron las autoridades que revisaron al alza el balance.
“El balance subió a 128 muertos”, declaró el ministro del Interior provincial Agha Umar Bungalzai. Un informe anterior daba cuenta de 85 muertos.
Este fue el segundo atentado el viernes contra un mitin en Pakistán, que celebra elecciones legislativas el 25 de julio en un clima de tensiones.
El atentado, cuyo balance es provisorio, se produjo en Mastung, a unos 40 km de la capital de Baluchistán, Quetta.
“El ataque suicida (...) en la ciudad de Mastung en Balutchistán causó cerca de 80 muertos, entre ellos un responsable de inteligencia paquistaní y decenas de heridos”, afirmó el grupo Estado Islámico en un comunicado publicado por su agencia de propaganda Amaq.
La explosión se produjo en un complejo en donde se celebraba un mitin político, precisó poco antes un responsable de la administración local, Saeed Jamali.
La evacuación de los muertos y heridos tuvo que hacerse en gran parte en la oscuridad por la falta de electricidad, constató AFP en el lugar.
Según Bungalzai, el atentado tenía como blanco un mitin del político Mir Siraj Raisani, quien falleció.
“Murió como consecuencia de sus heridas mientras era trasladado a Quetta”, dijo. Era candidato a un escaño de diputado provincial por el partido Baluchistán Awami Party (BAP).
Horas antes de este cruento ataque, una bomba oculta en una motocicleta mató a cuatro personas al estallar al paso del convoy de un candidato electoral cerca de Bannu, en el noroeste del país, según la policía.
El político en la mira, Akram Khan Durrani, representante de una coalición de partidos religiosos, MMA, sobrevivió al ataque.
Violencia sin tregua
El martes por la noche un atentado suicida contra una reunión electoral del Awami National Party (ANP) en Peshawar (noroeste), reivindicado por los talibanes paquistaníes, mató a 22 personas, entre ellas un político local, Haroon Bilour, según un nuevo balance.
“Las autoridades paquistaníes tienen el deber de proteger los derechos de todos los paquistaníes en este periodo de elecciones: su seguridad física y su capacidad a expresar libremente sus opiniones políticas, sea cual sea el partido al que pertenecen”, reaccionó Omar Waraich, director adjunto de Asia del Sur de Amnistía Internacional.
Las Fuerzas Armadas indicaron esta semana que prevén desplegar más de 370.000 hombres para garantizar la seguridad el día del voto.
Detenido a su regreso Nawaz Sharif
En este contexto electoral sangriento, el ex primer ministro paquistaní Nawaz Sharif, condenado en ausencia a diez años de cárcel por corrupción, llegó a Pakistán, donde fue detenido.
El ex jefe del gobierno y su hija Maryam fueron condenados a 10 años y siete años de cárcel el pasado viernes cuando se encontraban en Londres, donde la esposa de Sharif recibe tratamiento por un cáncer.
El avión proveniente de Abu Dhabi aterrizó en Lahore, según las imágenes transmitidas por la televisión paquistaní.
Ambos “fueron detenidos” por las autoridades anticorrupción y llevados a Islamabad, según un comunicado de la municipalidad de Islamabad.
“Sé que (...) me llevarán directamente a la cárcel”, declaró Sharif en un vídeo difundido el viernes por su partido, donde aparece sentado en un avión.
“Quiero decir a los paquistaníes que lo hice por vosotros (...) Caminen conmigo, unan sus manos a las mías y cambiemos el destino del país”, afirmó Sharif, todavía muy influyente en el país.
La condena, que su clan tacha de “política”, ha disparado la tensión antes de las legislativas del 25 de julio en el país, que el PML-N, en el poder desde 2013, espera ganar.
Una crispación acentuada el jueves cuando el hermano de Nawaz y jefe del partido, Shahbaz Sharif, afirmó que “cientos de militantes” de la formación, el PML-N, fueron detenidos en los últimos días para impedir que vayan a expresar su apoyo a Sharif.
Nawaz Sharif fue destituido por el Tribunal Supremo del cargo de primer ministro en julio de 2017 después de que se hiciese público que su familia es propietaria de lujosos bienes inmobiliarios a través de holdings off-shore.
Una corte paquistaní le prohibió más tarde dirigir el partido y participar en comicios de por vida. Su clan niega que hubiera cometido malversación y afirma que Nawaz Sharif es víctima de una conspiración urdida por el poderoso ejército pakistaní.
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